Herencia trasmitida en el Voleibol

8 enero, 2017

Por: Luisa Alzate

A Mónica Herrera le dicen “La Flaca” y desde el banco le habla a Juanita con firmeza y emoción. Mónica es la asistente técnica del equipo del Colombo Británico, uno de los 75 que hacen parte del Festival de Voleibol en el marco del Festival de Festivales.

Juanita tiene 10 años y es su hija, y estando en la cancha de juego obedece en todo a su progenitora, porque cómo no, es “una lección de vida y el ejemplo a seguir”, según comenta.

“La flaca”, como la conocen en el mundo de las canchas, tiene una historia en este deporte que es su vida y pasión. Ella empezó a la edad de Juanita y fue vista por Hugo Villa, un instructor de la Liga de Antioquia con quien dio sus primeros y más firmes pasos, tantos y tan seguros, que alcanzó a competir con la Selección departamental y la Selección Colombia, y llegar a un Mundial, que es quizás uno de los sueños a cumplir por cualquier deportista.

Juanita por su parte, comenzó a escribir su propia historia, porque desde que era más niña acompañaba a su mamá a todos los entrenamientos y por eso, decidió seguirle los pasos en este deporte, siendo esta la primera vez que participa en un torneo oficial.

Mónica, como jugadora se retiró a la edad de 41 años porque una enfermedad amenazó su vida, pero después de batallar contra esta, volvió a los pisos y a las playas, para entrenar y enseñar el voleibol. Juanita, llegó con toda la felicidad y emoción, y espera que un día pueda darle muchas alegrías a su mamá “que es mi más grande amor”.