Foto: Edwin Bustamante
Por: Diego Vega
Una petición amistosa en un torneo en Envigado terminó forjando una amistad y una alianza dura e imparable. Pareciera que se comunicaran por medio de sus gafas de sol, que vibraran con la misma sintonía, que las señas en cada saque las practicaran desde hace muchos años. Lo cierto es que llevan un año y medio entrenando juntos en las canchas de Bogotá y en las competencias de todo el país.
Con pertenencia y ahínco Juan Sebastián Quintero (izq.) y Jeison David Fernández Bonilla (der.) entendieron que, aunque no nacieron o viven en el Chocó, pues son oriundos de Bogotá y San Antero, Córdoba, respectivamente, tenían la responsabilidad de representar la alegría y resistencia del pueblo chocoano por medio de la Fundación Chocó en Movimiento.
Es la segunda vez que David participa en el Babyvoleibol Playa. Desde pequeño se interesó en este deporte al ver a su papá disfrutando bajo el sol, por eso ahora trabajan de la mano como padre e hijo, como entrenador y estudiante, como el jugador del campeonato y su consejero, como dos amantes de la arena. El aprendizaje de la primera participación les dio la sabiduría de entender lo que les hacía falta y lo que debían mejorar. Y en su última oportunidad, David logró subirse a la parte más alta del podio para que su abuela lo pudiera ver más cerca.
La fórmula no estaría completa sin Juan Sebastián, un gran pasador y sobre todo rematador. Cada salto parecía un arco estirándose, que al mover el brazo e impactar la mano contra el balón, lanzaba una flecha típica de algunas tribus del Chocó, envenenada y letal. Aprovechó su altura y determinación para cumplir su sueño y despedirse del evento por lo alto, invicto y cumpliendo la promesa de llevar la medalla de oro para dársela a su mamá, quien se encuentra enferma.
Con la alegría en sus miradas y el abrazo profundo con sus familiares le darán paso a la nueva generación de Fundachomo, que buscará retener el título en la tercera edición del Babyvoleibol Playa Comfama 2026.