Foto: Edwin Bustamante
Por: Camilo Zuluaga Builes
Así como se hereda el amor y las costumbres, el padre de Santiago, Yeison Bedoya, quien milita como profesor de la Liga Antioqueña de Tenis, le transmitió a su hijo no sólo nociones básicas del deporte, sino también virtudes fundamentales como persona. “Admiro a mi papá no solo por cómo juega, sino por cómo trata a las personas y su honestidad”, compartió Santiago denotando orgullo por su padre.
Este pequeño tenista destaca en el campo de juego por su serenidad y derecha invertida, que se ha convertido en su sello personal en cada uno de sus juegos. Pero lo que realmente motiva a este joven no es anotar o ser el mejor, Santiago brilla porque en los entrenamientos y partidos aprecia siempre la oportunidad de poder compartir con sus amigos y divertirse.
La nobleza, virtud inquebrantable que no asiente frente a la persuasión externa, es lo que mejor describe al chico. Como un sabio Quirón que encarna la dualidad de la fuerza y la enseñanza, Santiago lleva consigo el anhelo de algún día jugar el Grand Slam Junior o conseguir una beca en alguna universidad de Estados Unidos a razón de su desempeño deportivo. Santi, demuestra que toda aptitud técnica se perfecciona con dedicación, pero sobre todo con el deseo genuino de hacer las cosas bien.
Esta joven promesa del Babytenis de Campo del Festival de Festivales 2025, demuestra que cuando el talento se une con la guía correcta, los sueños empiezan a tomar forma en cada rebote, cada golpe, en cada partido y en cada momento que se disfruta en la cancha.