Desde Turbo, Antioquia, Milán encontró en el tenis de mesa una oportunidad para crecer, soñar y abrirse camino en el deporte, enfrentando las adversidades con determinación como lo muestra en el Festival.
Foto: Dairo Andrés Pérez Pabón
Por: Dairo Andrés Pérez Pabón
A los 7 años, la vida de Milán Andrés Cabrera dio un giro inesperado. Salía de un entrenamiento de fútbol cuando, por casualidad, se topó con una sesión de tenis de mesa. Algo en el movimiento ágil de las palas y la velocidad de la pelota lo cautivó. Desde entonces, este joven de Turbo, Antioquia, dejó las canchas de fútbol para dedicarse por completo a las mesas, donde ha encontrado su verdadera pasión. Lo que deja claro en el Babytenis de Mesa del Festival de Festivales.
Para Milán, el tenis de mesa es mucho más que un deporte; es una puerta a nuevas oportunidades. Le encanta competir, ganar y, sobre todo, viajar y conocer nuevos lugares. Su sueño es convertirse en el número uno de Colombia, siguiendo los pasos de su ídolo, el jugador chino Fan Zhendong, cuya técnica y perseverancia lo inspiran a dar lo mejor de sí en cada partido.
Sin embargo, el camino no ha sido fácil. Uno de los mayores desafíos que enfrenta este pequeño deportista es la falta de recursos para competir en algunos torneos. A pesar de ello, no se rinde y continúa entrenando con disciplina, convencido de que con esfuerzo y dedicación, podrá superar cualquier obstáculo y alcanzar sus metas.
Con tan solo 10 años, Milán Andrés Cabrera demuestra que no hay barreras imposibles de derribar cuando se tiene pasión y un objetivo claro. Su historia es un ejemplo de cómo los sueños pueden construirse paso a paso, con determinación y la firme voluntad de ser el mejor.
