Por Rodrigo Pérez Ríos
El futbolista oriundo de Guarne, en el Oriente de Antioquia, pisó la cancha con el liderazgo que lo caracteriza dentro del grupo de niños del Club Atlético Nacional. Supo manejar con categoría la banda izquierda e incidió en el funcionamiento del cuadro verde para que Fátima, uno de los favoritos del torneo, no generara peligro. Andrés es un volante con equilibrio. Su labor de ida y vuelta es parte del éxito de su equipo.
Se siente orgulloso de sus padres, José Salazar y Clara María Osorio, quienes lo impulsan cada día para que sea mejor, no solo en el deporte sino también como una persona de bien para la sociedad. “Tanto me apoyan que incluso me cambiaron a un colegio de jornada en la mañana para poder entrenar en las tardes”, cuenta.
Pero no solo su familia lo apoya. El preparador físico del equipo, Juan Pablo Montoya, lo admira por su constancia para lograr las cosas, su perseverancia y puntualidad para los entrenamientos. “Apenas tiene 13 años y ya parece un adulto. Es todo un caballero. Nunca descuida su estudio. No le importa viajar desde Guarne a Medellín casi que a diario para entrenar. Tiene mucho futuro”, expresa.
Este guarneño también admira su municipio, pues según él, allá tiene todo para ser feliz. “El clima, la gente, la poca contaminación, mi familia y amigos, son todo lo que necesito… ah, y el fútbol, obvio”, sonríe.
Con admiración por Sherman Cárdenas, de Atlético Nacional; Lionel Messi, del Barcelona de España y James Rodríguez, del Real Madrid, Andrés practica sus jugadas teniéndolos como referentes. Su zurda le basta para tener un excelente cambio de ritmo y hasta ir al choque con sus rivales. “Estar jugando Ponyfútbol es solo el inicio de los miles de sueños que quiero cumplir en el fútbol”, se despide.