Fotografía: Luis Benavides
Por: Jorge Andrés Zuluaga
Minuto 60. Cuartos de final del Babyfútbol masculino. Fátima le acaba de empatar al Deportivo Cali en el ocaso del partido. Mientras todos celebran entre lágrimas y gritos un gol que parecía no llegar, el técnico llama a Camilo Blandón y le dice que se ponga los guantes. A pesar de que el tiempo reglamentario está por terminar, él ingresa para ser el responsable del arco de su equipo en la tanda de penaltis.
Antes de cada cobro de los jugadores rivales, Camilo se les acerca, les da la mano, les pide que lo miren a la cara y a algunos les dice: “No se asuste, papi, usted lo cambia y la bota. Ya sé para dónde va”. Él ya había estudiado sus cobros del partido anterior cuando el Deportivo Cali le ganó por esos mismos cobros desde el punto blanco a Maracaneiros de Bogotá. Al final, sus rivales desperdiciaron tres ejecuciones, Fátima se clasifica y Camilo va a consolar a sus rivales, todo se queda en la cancha.
“Yo creo que la mayoría de los que empezamos a hablarle a los pateadores es por el ‘Dibu’ Martínez (arquero de la Selección Argentina), pero yo no trato de imitarlo, sino que lo hago a mi modo”, comenta el guardameta. Su habilidad para manejar el arco fue clave para que el Barrio Fátima lograra vencer a uno de los equipos favoritos a quedarse con el primer lugar del torneo.
Camilo tiene 12 años y es hijo de Robinson Blandón, reconocido ex basquetbolista que pasó por Los Paisas. Él valora el esfuerzo que hace su padre, quien trabaja arduamente en una discoteca y, a pesar de quedarse laborando hasta altas horas de la noche, si al otro día en la madrugada tiene que acompañarlo a entrenar, lo hace sin ningún inconveniente. “Esta victoria y los títulos que gane se los dedicaré a mi papá”, comenta el arquero de Fátima.
Con su habilidad como guardián de los tres palos, Camilo quiere llegar algún día al Barcelona de España y triunfar, pero antes de eso quiere conquistar la Marte y poner su nombre entre los ganadores de las 37 ediciones del Babyfútbol Colanta.