Por Rodrigo Pérez Ríos
Esteban Zuluaga Ospina nació hace 12 años en Alicante, ciudad española situada en la costa mediterránea y una de las tres que conforman la Comunidad Valenciana. En el 2014 llegó a Pereira, Risaralda, capital de mayor población en el eje cafetero colombiano.
“Desde los tres años he jugado al fútbol. Es el mejor deporte. Comencé en España en el Racing Garbinet, luego en el Tómbola Athletic Club y ahora en Colombia, en Dosquebradas. Estar en torneos reconocidos es un sueño cumplido, por eso la meto toda en el Ponyfútbol”, cuenta.
Aunque Esteban tenía todo en España, no ha sentido mucho el cambio cultural, ni siquiera en el fútbol. No obstante, reconoce que aquí existe más choque, fuerza y garra. En cambio en el país ibérico más toque y jugadas elaboradas para llegar el gol.
Mide 1.50 metros de estatura y su capacidad para centrar desde los costados es tan notoria, que Edison Londoño García, técnico de Dosquebradas, lo utiliza por las puntas derecha e izquierda, siempre como carrilero, condición que Esteban asume con tranquilidad y confianza para seguir afrontando los retos del fútbol. “No puedo negar que ha sido aquí donde he pulido mi pegada y mis centros. El ‘profe’ me ayuda mucho”, dice.
Pese a que su equipo quedó eliminado del 32° Ponyfútbol con el Deportivo Independiente Medellín en cuartos de final, Esteban Zuluaga Ospina no deja de soñar con ser un jugador profesional y hasta llegar a ser como el español Andrés Iniesta, a quien admira. De Medellín le encantó lo bonita que es, su extensión y el progreso que tiene. Hasta habló de su buena gastronomía, como el arroz con pollo, por ejemplo. “En España me encantaba el kebab, una especie de hamburguesa hecha con pan, pollo y vegetales”, finalizó.