Por Alexander Herrera Gil
La alegría, la entrega, el sacrificio, la lucha, son las palabras que caracterizan a Esteban Alejandro Murcia Ruíz, durante el juego de su equipo, Salsipuedes Girardot, en los octavos de final del 32° Ponyfútbol.
Este delantero de 12 años, habilidoso, rápido, atrevido, ágil, fuerte, a pesar de su 1.42 metros de estatura, siempre se le ve dejando todo en la cancha. “Para mí jugar fútbol es felicidad. Siempre juego con mucho entusiasmo. Siento mucha emoción de ser parte de este festival”, comenta con vos suave, tranquila y de forma educada.
Admirador de Leonel Messi por sus enganches, pinceladas de un jugador “crack” y de su equipo de ensueño el Real Madrid. Esteban nos describe un gol que hasta hoy recuerda: “Estaba muy chiquito – 8 años – jugaba para el Maracaneiros. Tomé el balón, me melié a los dos defensas centrales, el arquero me salió y le pegué de zurda abajo. Ese día ganamos 2 a 1”, ilustra con una sonrisa de satisfacción, esa que ponen los goleadores cuando recuerdan sus ‘obras de arte’.
A pesar de que su equipo no clasificó, Esteban se le ve tranquilo. Esa que reflejan las personas que hacen las cosas con pasión porque a veces en fútbol como en la vida, también se pierde jugando bien.