Por Alexander Herrera Gil
A las 5 de la mañana debe levantarse Jacobo Granada Ospina para ir a la escuela de 6 a 3:30 de la tarde. Dos horas antes de terminar su jornada escolar como cualquier niño de 12 años, toma un bus desde la vereda San Antonio hasta el parque de Guarne. Allí toma otro hasta Medellín, que lo llevará a los entrenamientos con su equipo Atlético Nacional.
“A mi toca salir antes de las clases porque vivo lejos de Medellín. En la escuela me dan permiso porque me comprometo a realizar mis trabajos en mis descansos y a veces en mi casa. Sé que es duro pero para mí jugar fútbol es lo que me gusta” comenta, después de la victoria del Atlético Nacional sobre Millonarios, en el 32° Ponyfútbol Masculino.
Este chico disciplinado, constante, responsable, educado y buen jugador, dice que en este camino ha sido fundamental el apoyo de sus papás, Marcela y Edwin. Aunque como muchos niños tienen como ídolo a Leonel Messi, el jugador que admira en su puesto de volante, es al alemán, jugador del Real Madrid, Toni Kross por ser muy preciso con el balón.
A pesar de que sueña con ser futbolista profesional o estudiar Administración de Empresas expresa con mucha madurez “sino soy jugador profesional, seremos grandes personas porque con el deporte aprendí eso”. Es un orgullo para el Festival tener competidores como Jacobo, que vive y sabe que el deporte es esencial en la construcción del tejido social.