Por: Tatiana Gómez Quiceno
Con una sonrisa un tanto nerviosa Carolina Betancur Lopera sale a la pista. Desde la tribuna se escucha su barra: “¡Duro!, ¡si se puede!, ¡más rápido!”, le grita Sofía Betancur Lopera, su hermana gemela, quien esta vez no pudo competir. Con nueve años de edad estas dos pequeñas encontraron su pasión en el patinaje.
Ambas pertenecen al Club Sueño Sobre Ruedas del Municipio de San Pedro de los Milagros. Empezaron a patinar a los seis años de edad cuando decidieron pedirle al niño Jesús unos patines. Posteriormente, iniciaron sus clases y un año después su carta de navidad volvía a repetir unos patines, pero esta vez profesionales, pues su entrenador descubrió que tenían potencial.
Antes de salir a competencia, Ana Catalina, mamá de las pequeñas, les indica que se concentren y les hace la señal de la santa cruz: “ellas siempre se apoyan, yo cada vez que una compite me llevo a la otra para que las dos se den ánimos, para mí es muy significativo verlas competir”, manifiesta Catalina.
Por su parte, Carolina indica: “mi hermana es muy cariñosa, siempre me apoya, cuando me di cuenta que no iba a participar me puse triste, no sé ni que sentí”. Sofía asegura estar feliz puesto que ella ya ha tenido la oportunidad de estar en otras competencias.
Jorge Iván Gómez Barrientos, su entrenador, expresa que fue una tarea difícil elegir a quien iba a competir: “esta vez quisimos darle la oportunidad a Carolina para que se motivara, puesto que siempre llevaba a su hermana” y dice que lo más importante es que ellas se den cuenta que son capaces y que pueden llegar tan lejos como se lo propongan.