Isaac es el motor de Ermes
13 enero, 2023Todos los días el padre sale a trabajar en su moto en busca de un mejor futuro para su hijo, un apasionado del fútbol.
Todos los días el padre sale a trabajar en su moto en busca de un mejor futuro para su hijo, un apasionado del fútbol.
Foto Manuel ‘El Chino’ Quintero
Por Manuel Jaramillo
La historia de Ermes y de Isaac Hincapié son la fiel muestra de lo que es el verdadero amor de padre e hijo. Durante toda su vida, don Ermes ha sido andariego. Nació en el municipio de San Carlos, Antioquia, pero la vida lo llevó a distintos territorios de nuestro país. Uno de los que le dejó una huella imborrable fue Tierralta, en el departamento de Córdoba. Allí conoció a la mujer que le dio el mejor regalo de todos: su hijo Isaac.
Este pequeño se crío y empezó a jugar fútbol en medio del calor y las calles empolvadas de este municipio cordobés, cuna de grandes jugadores como Miguel Ángel Borja. Hasta hace un año vivió con sus dos padres, pero en el momento que estos separaron sus caminos, decidió por irse con su papá pues sentía que junto a él podría tener grandes oportunidades.
Y así ha sido. En medio de esta situación, Ermes tomó la determinación de llegar a la ciudad de Medellín en compañía de Isaac. Como buen antioqueño, sus ganas de emprender siempre fueron más grandes que sus miedos. En su moto encontró una gran aliada para el sustento propio y el de su hijo.
Todos los días don Ermes sale a trabajar en su motocicleta transportando gente, mientras que Isaac, de apenas 12 años de edad, se queda solo en la casa debido a que no tiene quien lo cuide. Esto para él nunca ha sido un problema. A su corta edad no le teme a la soledad, y mucho menos a la cocina, lugar en el que cuenta se sabe defender muy bien.
“Yo hago arroz, sopa, frito carne, papas, huevo, de todo” afirmó el jugador que en este Festival de Babyfútbol Colanta hace parte de Asobdim.
Este lateral izquierdo se ha sabido sobreponer a los grandes retos que le ha puesto la vida, y su amor por el balompié hace que los obstáculos que tiene se vean diminutos. Su padre trata de acompañarlo a partidos y entrenamientos, pero cuando el trabajo no se lo permite, Isaac no tiene problema con tomar el Metro e ir solo hasta las distintas canchas donde le toque salir a competir.
Todo este sacrificio ha valido la pena para ambos, pues estar disputando el Babyfútbol del Festival de Festivales es una motivación para seguir en busca del gran sueño de Isaac: ser jugador profesional, pero sobre todo ser una gran persona, algo que don Ermes le intenta inculcar día a día.