Foto Donaldo Zuluaga
Por Jose David Chalarca Suescum
Con tres participaciones en el Festival y un envidiable podio en una Copa Sudamericana de tenis de mesa, el nombre de Juliana Velásquez está volando cada vez más alto en el deporte de la raqueta pequeña.
Ella entrena esta disciplina desde hace 4 años con Diego Arboleda, entrenador de esta disciplina por 12 años, y que, con solo verla unos momentos, le aseguró a su mamá que su hija sería grande: “si me la trae más veces a la semana, en 3 años la sacamos campeona”.
Ese día Juliana llegó por casualidad al Coliseo de Tenis de Mesa con su mamá, y esta última le dijo que agarrara la raqueta para que se entretuviera un rato, sin esperar que ese día marcaría el inicio de su carrera como tenismesista.
Desde entonces, abandonó la natación, de la cual confiesa, que “nunca aprendió a nadar”, para dedicarse a rematar bolas de ping pong. Su familia, además, tiene historial con el deporte, ya que tiene 6 hermanos que también son deportistas. Es casi como si su destino hubiera sido escrito en ese momento.
Juliana no solo espera convertirse en una tenimesista profesional, sino que sueña en convertirse en piloto de avión. De hecho, le gustan tanto los aviones, que cada vez que puede, intenta que la dejen montar en el asiento de copiloto.
Ella es una de las tenimesistas más experimentadas del Inder Envigado, por lo que intenta ayudar a muchos de sus compañeros y compañeras en sus primeras participaciones.
Con la experiencia acumulada en su corta carrera, Juliana Velásquez ya compitió a nivel local e internacional, además del campeonato conseguido en la edición pasada del Babytenis de mesa.