Lo metódico de la ciencia se aplica en el BabyAjedrez

8 enero, 2025

Con el deporte ciencia, Daniel Andrés vive su sueño en el Festival de Festivales junto a sus padres.

Foto: Carlos Velásquez

Por: Sebastián Gómez Vásquez

Daniel Andrés Campuzano es un niño de 8 años que avanza pujante en cada ronda del Babyajedrez, pues desde que se adentró en el fascinante mundo de las piezas negras y blancas, ha encontrado no solo un pasatiempo, sino una verdadera pasión. Y es que cuando se sienta frente al tablero, se siente como un verdadero estratega: listo para enfrentar cualquier reto.

¿Qué es lo que más le gusta del ajedrez? A Daniel le gusta porque es como un rompecabezas, tienes que pensar y anticipar los movimientos del otro, y su amor por la ciencia también se refleja en su enfoque analítico en el juego. De hecho, cuando sea grande quiere ser científico.

Mientras juega, no solo se divierte, también toma notas en su libreta. “Anoto las jugadas para repasar y aprender de mis errores”, nos contó. Esto demuestra su dedicación y deseo de mejorar continuamente, y también le sirve para tener un seguimiento de lo que sucede durante la partida.

Pero, ¿cómo se dio este amor por el ajedrez? La historia comienza en una ludoteca, donde Daniel tuvo su primer contacto con el juego. “Le pareció muy interesante y aprendió muy rápido,” cuenta su mamá, Cindy Pineda, quién también comparte su entusiasmo por el deporte ciencia. “Queremos apoyarlo siempre en lo que le gusta”, aseguró su madre.

Aunque sus papás no eran aficionados al ajedrez en un principio, su curiosidad se despertó y ahora apoyan a Daniel en su camino. “Antes nos gustaba más la natación, pero el ajedrez nos ha atrapado”, agregó Cindy.