Por: José Alejandro Calderón
María Luisa tiene 11 años, desde muy pequeña le ha gustado el ajedrez, es asunto de familia. Hace poco más de un año practica tenis de campo. Su pasión y empeño la han llevado a participar en los festivales de ambas disciplinas en el Festival de Festivales organizado por la Corporación Deportiva los Paisitas.
“Me gusta mucho el ajedrez porque me enseña a crear planes, estrategias, tácticas y eso me ayuda mucho en la parte académica y de la vida diaria”, dice ella. Por otro lado, afirma que el tenis le agrada “porque ayuda a la parte física y uno se divierte mucho jugado.” Cuando se le pregunta acerca de cuál es su favorito, prefiere decir que le gustan ambos por igual. Otra de sus aficiones es la lengua italiana, cuando disputa una partida o un set, marca las jugadas, movimientos y puntos en ese idioma, en ocasiones los jueces le piden traducción.
Para María Luisa, el ajedrez y el tenis hacen un buen complemento, porque ambos requieren estrategia y un plan de juego. “Si el oponente es alto, tú le tiras la pelota raspadita por debajito, si es muy bajito se la tiras alta y si es lento lo pones a correr. Todo eso tiene que ver con el ajedrez porque son estrategias y tácticas”, explica.
El dedicarse a dos disciplinas hace que su agenda sea bastante apretada: madruga al colegio, en las tardes entrena ajedrez y en las noches hace tenis, todo ello cinco días a la semana. Diego Martínez, su padre, cuenta que María siempre ha sido una niña muy dedicada y estudiosa, además manifiesta su felicidad al verla crecer como deportista. “Para nosotros es mucha la alegría porque ahora ella puede ver los resultados de lo que ella ha venido haciendo, eso es lo más importante para nosotros, que ella vea que su esfuerzo tiene resultados.”
Para él, el hecho de su hija se dedique con intensidad a la práctica de dos deportes está lejos de ser un problema, pues cree que lo importante es mostrarle a los niños que la vida tiene muchas facetas y que pueden perseguir varios sueños para ser personas íntegras.