Por: Karina Arango Carbonó
Fue en noviembre pasado cuando Escumer jugó el último compromiso que clasificaba al club al Babyvoleibol 2020 en Tuluá. La felicidad fue total para Mariana Parra y sus padres al saber de esta importante clasificación que consiguió la delegación en las categorías Mini y Benjamín.
Todo estaba planeado para una participación inolvidable de Mariana en una nueva edición del Festival de Festivales, pero la vida, de repente, le dio un giro inesperado tanto a ella como a su madre. El pasado 19 de diciembre un infarto fulminante sorprendió a Mauricio Parra, padre de Mariana, quien acompañó de manera incondicional a su hija de 9 años en el proceso para estar hoy participando en el Babyvoleibol 2020.
Los ánimos de la familia de esta jugadora se apagaban y la decisión de no participar en esta edición del certamen era altamente considerada. “Hoy estoy aquí porque el sueño de mi padre era que yo participara en el Babyvoleibol. Mi mamá no quería que viniera, pero yo decidí venir para cumplirle ese sueño”, sostuvo Mariana, quien con sus ojos encharcados recuerda a su padre como una persona buena, amorosa y que siempre la apoyó en el deporte. “Él estaba muy feliz de ver cómo ella había progresado tanto en tan poco tiempo” agregó su entrenadora Leidy Rivera.
Y sin duda Mariana cumple a cabalidad la voluntad de su papá, no solo por el hecho de participar, sino por hacerlo de manera alegre y responsable. De 7 partidos, solo ha perdido 1. Cuando no está en la cancha se muestra preocupada, doliente y alienta desde la raya hasta no más poder. Ella conoce a la perfección los valores del deporte. Es una niña muy fuerte, tierna y la relación con sus compañeras es impecable.
Dicen que en este Festival se cumplen los sueños de los niños, pero esta vez es el deseo de Mauricio el que se está haciendo realidad. Él, mientras tanto, observa a Mariana con orgullo esté donde esté. ¡Qué alegría que nos acompañes, Mariana!