Por: Alexander Herrera Gil
Al campo entran Inder Medellín de camiseta verde, pantaloneta y medias amarillas, que enfrenta a Los Almendros Yopal que luce azul en su camiseta, blanco en pantaloneta y medias. Los jugadores hacen el saludo protocolario y se ubican en sus posiciones. El árbitro da el pitazo inicial. La pelota rueda. La tribuna vibra entre canticos, saltos y gritos de aliento. Es el primer partido para ambos equipos que comparten el grupo D en el Ponyfútbol Masculino.
Entre los jugadores unos guayos, color naranja, resaltan en los pies del jugador número 17, Therry Jefrey Pulido Guzmán, de Los Almendros Yopal. Suceso que me lleva a recordar que hasta el inicio de los años 90´s solo se jugaba con guayos negros y el balón era nombrado “La pecosa”, por su color blanco y negro. El chico es un delantero, aunque no tiene el 9 característico de goleador, se mueve en la cancha con soltura, toca de primera, pelea todos los balones que le llegan. Es un goleador y sus anotaciones los ayudaron a clasificar a la Marte N°1. El partido tiene pocas llegadas al arco. Se pelea mucho en el centro del campo. El primer tiempo termina.
El segundo tiempo arranca con gol de Inder Medellín. Therry está parado en el centro del campo con las manos en la cintura. Agacha su cabeza, se toca su rostro y aprieta sus dientes. No ha podido hacer mucho para su equipo. Ese defensa central de su rival, ha estado atento a sus movimientos. La orden es clara desde el banco para el jugador 13, Luis Felipe Rentería, de Inder Medellín; no dejar voltear ni recibir a Therry, siempre lo acompaña como si fuera su sombra.
El tiempo se ha cumplido y se está en la adición. Saque de banda para Yopal. La hinchada de Inder celebra la visible victoria. El lateral pone a correr a Therry quien le gana en carrera, en la única distracción que tuvo Luis Felipe durante el partido. Este derriba al delantero. Penal. Yopal empata, 1 a 1. El partido termino.
En la despedida protocolaria Therry abraza a su rival, le dice algo en el oído y se despide con unas palmadas como para llenarlo de ánimo. Me dirijo hasta el camerino norte de Los Almendros Yopal. Le pregunto a Therry sobre lo que le dijo a Luis Felipe. Me contesta con tranquilidad, serenidad y con palabras de crack: “lo abrace para decirle que es un gran jugador, que jugó muy bien y un error lo puede cometer cualquiera. Y que el fútbol le dará revancha porque es una gran persona”.