Fotografía: Yeison Velásquez Hernández
Por: Yeison Velásquez Hernández
Inicia la decimoquinta edición del Baby Voleibol y el equipo de Tuluá lucha por remontar el partido. En la formación valluna sobresalen varios jugadores, uno de ellos tiene el número 18, un chico de piel mestiza y baja estatura, la cual compensa con la velocidad de sus movimientos. Su nombre es Matías Ceballos.
Anota varios puntos en el último set y con su gran energía empuja a su equipo para lograr la victoria. “A mí no me gusta perder, fue difícil llegar acá y por eso quiero tener una destacada actuación”, resalta.
Termina el partido y el resultado es negativo para el equipo de Matías, quien, pese a la derrota, la asimila y se prepara para el próximo juego. “Este chico es un gran deportista, todos los días se desplaza más de 10 kilómetros para llegar puntualmente a los entrenamientos, lo hace en bicicleta y en compañía de su madre”, cuenta Jonatan Adolfo Cataño, su entrenador.
Para participar del Festival de Festivales, este joven voleibolista y su madre, Marta Lucía Bedoya, tuvieron que hacer muchos más esfuerzos: efectuaron rifas, vendieron arroz con leche y ahorraron cada peso hasta lograr el objetivo de participar en la fiesta más importante del voleibol formativo en Colombia.
“Mi madre me apoyó mucho para cumplir este sueño y por eso quiero agradecerle y dar lo mejor en cada partido”, concluye Matías, quien sueña con ser campeón del Baby Voleibol, ser deportista profesional y representar a la selección del Valle.