Por: Tatiana Gómez Quiceno
Concentrado en el Patinodrómo está Alejandro Foronda, oriundo del municipio de Yolombó. A sus 10 años, tiene como su objetivo a largo plazo ser patinador profesional… y a corto tener unos patines profesionales. Está seguro que con ellos puede llegar al podio del Festival de Festivales, en esta que es la segunda vez que compite en los escenarios del Guillermo León Botero. “Yo sé que con unos patines profesionales para entrenar todo el año puedo ganarme una medalla”, asegura Alejandro.
Tan pronto llega su compañera Camila, Alejandro se apura para quitarse los zapatos y ponerse los patines de ella, quien muy amable se los presta para poder estar en competencia. El año pasado fue su profesor quien le consiguió unos patines de color rosado, sus compañeros le preguntaban el por qué usaba patines de mujer, y Alejandro muy feliz les decía que no se perdería de competir solo por no contar con patines de otro color. “Para mí lo más importante es competir, cuando estoy en la pista me siento el niño más feliz”, dice.
Su padre, Alex de Jesús, lo describe como un niño muy alegre, pero sobre todo muy fuerte: “Ver la sonrisa de mi hijo es lo que más me motivó a viajar para Medellín”, expresa. Para poder acompañar a su hijo vendió la motosierra con la que se dedica a trabajar en su municipio, porque para él lo más importante es apoyar a Alejandro en sus sueños.
Este pequeño patinador no quita su mirada del patinódromo y asegura que el Festival de Babypatinaje es una escuela y siempre viene dispuesto a aprender de sus compañeros. “Yo sé que el otro año volveré, cuando el Niño Jesús tenga plata le voy a pedir unos patines profesionales y ahí sí que me irá mejor”, dice Alejandro.