La fuerza detrás del saque y la valentía frente a la vida

Foto: Dairo Andrés Pérez Pabón

Por: Dairo Andrés Pérez Pabón

El eco de los balones rebotando y de los gritos de equipo resonaban en el coliseo cuando Mariángel Vásquez decidió asomarse, atraída por la energía del voleibol. Aunque no había planeado formar parte, aquel día cambió su vida. Fue acogida por el grupo, y así nació su pasión por este deporte.

A sus 12 años, esta caleña enfrenta desafíos únicos debido a su disautonomía, una condición que requiere una estricta alimentación antes y después de los juegos. Para Mariángel, cada partido es una prueba no solo de habilidad, sino también de resistencia, donde una buena carga de comida salada se convierte en su principal aliada para evitar desmayos y mantenerse fuerte en la cancha.

Mariángel ha inspirado a su familia con su determinación. Sus primas, motivadas por su ejemplo, también han iniciado su camino en el voleibol. Su sueño más grande es llegar a formar parte de las selecciones Antioquia y Colombia, y luego llevar su talento a un college en los Estados Unidos. Su referente es Melissa Vargas, la destacada jugadora cubana, cuya fortaleza y técnica busca emular en el Babyvoleibol del Festival de Festivales 2025.

Para Mariángel, el voleibol es más que un deporte; es un escenario donde cada saque y cada remate le permite demostrar que los límites están para superarse. En cada movimiento, deja claro que la verdadera fuerza viene del corazón y de la pasión por lo que se ama.