Por Rodrigo Pérez Ríos
Dieciocho niños mexicanos pisaron por primera vez suelo colombiano. Su participación en el 7° Babybéisbol Edatel, organizado por la Corporación Deportiva Los Paisitas, les permitió hacer realidad el sueño de conocer tierras suramericanas y representar al país manito en el exterior.
La novena Olmeca de México, con niños entre 9 y 12 años y encabezados por su manager José Luis González, emprendió su viaje de seis horas en avión a Medellín, para deleitar con su talento al público asistente a las graderías del Diamante de Béisbol “Luis Alberto Villegas” de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot.
“El club Liga Olmeca se dedica a la formación de beisbolistas mexicanos hace más de 50 años. Tenemos complejos dotados con altos estándares de calidad para la práctica deportiva. Además, buscamos que desde niños también se formen como personas íntegras para una sociedad”, destacó González.
Kevin Anzures es una de las figuras de este equipo. Es el pícher y se destaca no solo por su talento para lanzar, sino también, por ser el más extrovertido y locuaz entre sus compañeros. “Es muy ‘padre’ representar a mi país. Me encanta tener el apoyo de mi familia que viajó conmigo y está desde la tribuna. Estoy maravillado en Medellín, la gente es muy amable, aunque ustedes comen muy dulce”, dice entre risas.
Mariana Rodríguez es otra de las que enriquece la delegación mexicana por su compañerismo. Pese a que las niñas son minoría en su equipo, ha demostrado que está en igualdad de condiciones para jugar el deporte de la pelota caliente. “Aparte de jugar mi sueño era conocer ‘sudaca’. Es algo que estuvo en mis planes desde hace mucho. Conocía Puerto Rico, Estados Unidos, pero nunca había viajado al sur del continente. Es muy ‘chido’ esta ciudad, no hay congestión como en el DF y la gente es muy cuate”, comenta.
Las 65 personas que viajaron a participar en el 6to Festival de Festivales, entre niños, entrenadores y padres de familia, vibran con este deporte. Tanto así, que algunas familias no les importó sacar hasta 6 mil dólares para traerse todos sus integrantes y ponerle picante al béisbol colombiano. O como ellos gritan: ¡Dale al picheo perrón!
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