Así es la vida del “Paisita” durante el Festival de Festivales

Foto: Los Paisitas

Por Sebastián Arboleda Rodríguez

Como cada mañana durante el Festival de Festivales, el Paisita se levanta con una sonrisa en el rostro, preparado para un nuevo día de alegrías y sonrisas. Lo que sigue después es mirar qué deportes hay que visitar en el día y, aunque no le gusta mucho recibir sol, el Paisita ama tener contacto y cautivar sonrisas de los niños.

Luego de patear varios balones, batear unas cuantas bolas, tirar algunas flechas e incluso, montar en la bicicleta, el Paisita se toma un descanso para almorzar, buscando recargar energías y volver a dar una ronda por las disciplinas. En su camino diario, siempre tiene tiempo para tomarse algunas fotos, tapar las caras de los niños, molestar a los de logística y al equipo de comunicaciones, todo esto mientras sostiene una sonrisa en su gigante cara.

Después del necesario reposo, el Paisita se dirige a los escenarios donde hay inauguraciones o clausuras, donde tiene como objetivo animar a todos alrededor. Además de tener contacto con los deportistas, también le gusta ir a las tribunas con los papás, los impulsores de sueños. Después de hacer la ola y quedarse a ver los partidos, se sienta a hablar un rato con los psicólogos de su salud mental mientras que el cuerpo médico le hace un masaje.

Al Paisita le tienen envidia, puesto que es el único personaje al que quieren abrazar en todo lado, al que le regalan cosas, al que le gritan “piropos”, al que buscan para tomarse una foto con él, mejor dicho, es el más consentido de todos. Este “niño” se siente listo para seguir siendo la cara del Festival, porque eso representa al Paisita: la alegría, el juego limpio, la honestidad, el respeto, el carisma, el compañerismo… el Paisita representa al ¡Sueño de todos!.