Autor: Rodrigo Pérez
Fotógrafo: Andrés Henao
Bien reza un dicho que nadie es profeta en su tierra. El mismo que es totalmente aplicable a Juan Felipe Álvarez Villamil, un ibaguereño de 12 años que se vino a probar suerte con su mamá y padrastro a Medellín, en busca de su sueño: jugar béisbol.
Desde hace siete festivales participa en el certamen organizado por la Corporación Los Paisitas, convirtiéndolo en el único jugador con más torneos jugados en el deporte de la pelota caliente.
Es pausado para hablar y se le siente un poco de ese acento del viejo Caldas, aunque se haya criado en el departamento ‘pijao’ y reconocido por su exquisita lechona. “De allá soy, aunque ya esté aquí. No olvido mis costumbres, aunque prefiero la pizza, los camarones y los mariscos”, dice en medio de sonrisas.
A Juan Felipe también lo desviven los aviones y todo lo que respecta a su mecánica. Sin embargo, no deja practicar y seguir el béisbol mundial, de ahí su admiración por Derek Jeter, un ex jugador de los Yankees de Nueva York que jugaba de shortstop y quien se retiró en 2014: “Quiero llegar a ese equipo, ser de las Grandes Ligas, desde el bate, como pitcher… quiero ser como Derek Jeter”, lo reafirma sin titubeos y con excelente pronunciación.
Este pequeño beisbolero vive en San Javier, comuna 13 de Medellín, y todos los días, sagradamente, entrena. Su padrastro es el que más lo apoya. “Lo veo como un papá y compartir la misma pasión con él, lo mejor”, comenta.
La felicidad se refleja en su rostro. Se nota la seguridad con la que habla. Se ve campeón con su equipo como el año anterior. Incluso su inocencia es de admirar. “Quiero saber por qué los aviones flotan en el aire. Cuando lo descubra, ya estaré rumbo a las Grandes Ligas, a los Yankees, siendo más específico”, puntualiza.