Fotografía: Duver Alexander Pérez
Por: Yuliana Suaza
El viaje de la vida te presenta diversos caminos, algunos tienen la oportunidad de elegir cuál desean recorrer y otros, por eventualidades poco deseadas, les toca abandonar su sendero.
Agustín Urrego abandonó el fútbol a causa de seis cirugías en su columna. En la última de estas, le fueron insertados 16 tornillos. El médico encargado cerró un camino, pero le mostró otro: debía abandonar el fútbol por peligro del contacto físico y tendría que buscar un deporte individual… la elección de Agustín fue el tenis de campo.
El menor parece sifosis dorsal y síndrome Bartter de nacimiento. A los tres meses de vida se le realizó la primera cirugía en la columna y al día de hoy, ha sido sometido a diez: seis en la columna y cuatro en otras partes de su pequeño cuerpo. A pesar de las complicaciones, Agustín vivía el sueño frenético de jugar al fútbol en la escuela Margos de Envigado, un delantero formidable que cambió los goles por raquetas y a quien esos objetos extraños dentro de sí, le han dado poderes de superación de vida.
En junio del 2020, fue sometido a su última cirugía. Nueve horas demoró el equipo médico en instalarle 16 tornillos y dos barrillas en su columna. A partir de ahí, el niño no podría jugar más fútbol y buscaría destacarse a nivel individual, y fue así como “Agus” hace siete meses llegó al tenis de campo aficionado y ahora, sueña con hacerlo a nivel profesional.
“Nosotros vivimos el día a día, Agustín debe asistir a control médico reiteradamente y la familia siempre piensa en que todo saldrá bien, lo importante es que siga entrenando “, dice su progenitor, Nelson Urrego. Este ha sido el transitar de un niño de 11 años que disputó el Baby Tenis de Campo por azar, pues el balompié le dijo no, pero él se encargó de arar su camino en el deporte blanco.