Dilany, la niña más feliz del Babyvoleibol

7 enero, 2025

Esta jugadora del Club Banafrut, e hija de la entrenadora del equipo, ha disfrutrado desde los 2 meses de nacida el Festival de Festivales.

Foto: Camilo Zuluaga Builes Vélez

Por: Camilo Zuluaga Builes Vélez

Los mejores jugadores no son aquellos que poseen la mejor técnica, no necesariamente son los más competitivos, o los que quizás tienen mejor saque o velocidad. Los mejores jugadores son, realmente, aquellos que se aferran al mañana dichoso que se ata a los cordones del amor de forma desinteresada e independiente a cualquier circunstancia adversa o que sé denomine por el común como “normal”.

Dilany Berrío Tascón es una jugadora de voleibol proveniente de Carepa, Urabá, que cuenta con 12 años y que se ha desempeñado en esta disciplina desde los 6 años, jugando con su prima y hermano. Dilany, quien juega su último Babyvoleibol, cuenta con 3 ediciones disputadas en su carrera y recuerda con mucho sentimiento la del 2019, pues sintió mucho afecto con sus compañeras de juego y su forma aguerrida de jugar.

Esta carepense, que desde los 2 meses de nacida ha estado presente en todas las ediciones del Festival de Festivales debido a los compromisos deportivos de su madre y a la pasión que a desarrollado por esté deporte, manifestó su deseo de ayudar a los jugadores para que sigan sus sueños y pasiones, haciendo especial énfasis en que “me gusta mucho venir a este torneo, siento que para los niños es como los olímpicos”, resaltando además que disfruta mucho de apoyar los distintos procesos.

A pesar de su corta edad, el deseo inquebrantable de querer servir es el aroma que desprende la pequeña jugadora que sueña algún día poder ser entrenadora como su madre y una fisioterapeuta del más alto nivel, ya que ha visto que muchos de los niños se lesionan y no consiguen la ayuda para volver a jugar.

Dilany, podrá carecer, como cualquier otro jugador de algún aspecto técnico, pero lo que la hace en realidad una jugadora fantástica y distinguida en este Festival, es que, sin tener mucho o poco, dispone de una férrea voluntad para un fin noble. Ella es, sin lugar alguno, la niña más feliz del Babyvoleibol.