Dos generaciones disfrutando el judo

14 enero, 2024

Violeta es el gran orgullo de su mamá. El judo les ha permitido compartir mucho más juntas.

Foto: Paulina Betancur

Por: Melissa Gualdrón Cañizares

Desde que tenía 10 meses de edad, Violeta Monsalve Arenas llegó a los tatamis, según cuenta. Le encanta sentir el piso, hacer piruetas, jugar con sus amigas y aprender cosas nuevas.

Su temprana iniciación en el mundo del judo se debe a que Vilma Arenas, su mamá, es entrenadora de este arte marcial. “Para mí el deporte ha sido un vehículo para hacer muchas cosas, para generar tejido social, calidad de vida, para enseñarle a los demás a disfrutar mientras adquieren una disciplina”, comenta Vilma.

Dice también que se alegra mucho al ver a su hija participando en el Festival de Babyjudo Inder Medellín, queriendo hacer las cosas bien y superando nuevos retos.

Violeta corre por el coliseo de combate como si fuera su casa. Sus mejillas se tornan rosadas y su sonrisa que le achica los ojos transmite gran alegría. Dice que para ella lo más lindo del deporte es que le ha dado muchas amigas, que se siente muy feliz por salir a competir y que el judo se ha vuelto su gran pasión.