La unión y familia que se forja en el Babyvoleibol es gracias a su símbolo principal: el Capibara, que les recuerda la razón de estar viviendo el sueño en el Festivales de Festivales 2025.
Foto: Emmanuel Rivera
Por: Emmanuel Rivera
El coliseo Yesid Santos vibra con el sonido de mates y saques; pero también se distingue por un detalle especial que lleva consigo el equipo de las Jumpers, de Bello. Este equipo ha hecho del Capibara, un pequeño adorno en forma de pajarito que portan en sus cabezas, el símbolo de su unión, esfuerzo y la alegría de representar sus colores en el Babyvoleibol.
Las Jumpers, presentes en las categorías Benjamín y Mini, ven en el Capibara más que un simple accesorio. Este representa el arduo camino que han recorrido para estar aquí en el Festival de Festivales, un recordatorio constante de los días de entrenamiento en condiciones desafiantes. Su lugar de práctica es una cancha al aire libre con piso de cemento, donde las rodillas raspadas y las rodilleras remendadas por sus familias son evidencia de su sacrificio y amor por el deporte.
Cada salto, pase y remate en el torneo es una manifestación del compañerismo y la dedicación que las caracteriza. Aunque provienen de distintos sectores del municipio de Bello, el Capibara simboliza la conexión que las une como equipo, además de ser un tributo al esfuerzo colectivo que las ha llevado a competir en un escenario tan importante como el Yesid Santos.
Más allá de los resultados, las Jumpers buscan dejar un legado, llevando consigo el espíritu de superación y unión familiar que las distingue. Con cada juego, mantienen vivo el sueño de representar no solo a su municipio, sino también los valores que las llevaron hasta la edición 14 del Festival de Festivales. El Capibara, entonces, se convierte en un testimonio de su historia y en un símbolo que las une para siempre.
