Explosión de oros en el Festival de Festivales

Foto: Edwin Bustamante

Por: Diego Vega

Por el tipo de música, la explosión de las mechas, la arcilla de la cancha y el disco de metal, se asocia al tejo o turmequé al consumo de alcohol. Juliana Sánchez sabe que en muchos municipios es utilizado como entretenimiento mientras los adultos se toman unas cervezas, aun así, en el Babytejo quiere demostrar que embocinar, hacer una mecha y calcular es un deporte sano que le brinda disciplina y concentración a los niños y niñas que lo practican.

El sonido de la mecha más la perfección de ver el tejo incrustado de manera impecable en el bocín es lo que más le gusta. Aunque la moñona le encanta y practica con dedicación para escuchar el estruendo de la felicidad, su corazón lo tiene dividido con otro deporte: el patinaje. Los dos se complementan, velocidad, por un lado, tranquilidad por el otro, el sonido de una mecha contra el sonido de la campana que indica la última vuelta, las 4 ruedas contra el peso del tejo.

Juliana empezó entrenando natación a los 4 años; sin embargo, 2 años después vio a un grupo de gente pasar y su mirada quedó fija en aquellos círculos que rápidamente se alejaban. Ahí se dio cuenta que lo que realmente quería practicar era patinaje. “A usted no le sale eso”, recuerda que su mamá le dijo. Aun así, en unas clases gratuitas le demostró que su talento, resplandeció en la pista, en cada curva, en cada desplazamiento, tanto así, que en un corto tiempo la ascendieron de nivel.

Lo mismo sucedió en el tejo. La intriga le ganó al ver como sus papás jugaban tejo con unos amigos. Los vio divirtiéndose, concentrándose, lanzando y emocionándose con cada explosión. Fue ahí cuando decidió empezar a practicar el deporte colombiano. Al principio lo tomó como un hobbie, pero con el paso del tiempo y con cada entrenamiento que pasaba vio su potencial y las posibilidades que tenía de competir. Logró pasar al Festival de Festivales el año pasado y vivió una gran experiencia, llena de aprendizaje y nuevas amistades. Se dio cuenta que todos los contrincantes tienen diferentes técnicas y rendimiento, y que para superarlos debe tener mucha disciplina.

“Todo va en la mentalidad” y su cabeza sabe lo que quiere ser: campeona nacional y mundial de patinaje. A sus 10 años va por buen camino. Ya conoce lo que es competir en panamericanos y nacionales de patinaje. Además, ha quedado de primeras en la modalidad de final desconocido, eliminación, 200 metros y 300 metros del Babypatinaje Comfenalco Antioquia 2025. Ahora buscará complementar la medalla de oro que se ganó en la modalidad de duplas de tejo, junto con la presea de la competencia individual.