Autor: Tatiana Gómez
Fotógrafo: Andrés Henao
Antes de salir a la cancha, Jerónimo Taborda Toro hace una oración. Tiene 13 años de edad y juega en el equipo Inder Alcaldía de Medellín. Su mayor motivación es su familia: “ellos son todo para mí, sin ellos nada puedo hacer”, asegura. Sus padres acompañan su proceso desde hace 11 meses, fecha en la que inició en este deporte, asisten a sus juegos y alientan con porras desde la tribuna.
El apoyo de su familia ha sido fundamental. Mientras está en juego las emociones que viven son diversas: su madre, Dora Elena Toro expresa que siente como si fuera ella quien estuviera en el maderamen: “me estreso, me emociono, me pongo fría y muy ansiosa”, dice ella. Por su parte, Arley, padre de Jerónimo, asegura que se siente feliz y orgulloso al ver a su hijo competir.
A unos cuantos kilómetros de distancia su abuela materna María de la Cruz Suárez acompaña a su nieto con sus oraciones. No se siente en condiciones de asistir, prefiere esperar a que le digan el resultado final. “Ella llora cuando Jerónimo gana, cuando pierde, él es el orgullo de mi mamá”, expresa Dora Elena.
Cuando sea grande Jerónimo quiere ser ingeniero de sistemas y ser parte de la Liga Española de Baloncesto. Se considera un niño alegre, religioso, defensor de los derechos humanos y disciplinados en su estudio y deporte al que dedica gran parte de su tiempo: el baloncesto.