Por: Karina Arango Carbonó
Muchas son las emociones que mueven al Babyvoleibol, tanto que algunos de sus participantes están dispuestos a viajar kilómetros para cumplir la meta de participar en este evento deportivo.
Isabella Morales, apasionada por el voleibol, decidió emprender su viaje hacia San Pedro de Urabá desde Támesis, municipio en el que habita junto con su madre y su padrastro. “En el suroeste no se hizo el clasificatorio para el Babyvoleibol, entonces el entrenador Óscar Orozco me recomendó para jugar las eliminatorias en Urabá. Si clasificábamos yo haría parte de la delegación y aquí estoy”, agregó la jugadora, quien estuvo en el mes de noviembre con su madre, durante una semana, disputando el zonal.
Se puede pensar que el Urabá antioqueño lo tiene todo para conformar equipos de voleibol muy competitivos, pero siempre hacen falta jugadoras como Isabella que también aporten en lo técnico y lo actitudinal, tal y como ella lo ha hecho durante el Babyvoleibol. “Ella es una niña muy dedicada, responsable y atiende todas las indicaciones. Es un gran refuerzo para el equipo”, asegura su entrenadora Olga.
Ya Isabella no tendrá que recorrer kilómetros para poder continuar con su proyecto deportivo. “Nos vamos a venir para Medellín porque acá voy a tener más oportunidades en el voleibol”, sostuvo la jugadora quien asegura que este deporte es su felicidad y la hace ser mejor persona.