Juan Andrés dejó la raqueta para ser bolichero

11 enero, 2025

En la precisión y el lanzamiento de las bolas fue que Juan Andrés encontró su pasión y lo deja claro en el Festival de Festivales.

Foto: Sebastián Arboleda Rodríguez

Por: Sebastián Arboleda Rodríguez

Recorriendo las líneas de la Bolera Suramericana, nos encontramos con la delegación de Risaralda, que contaba con la participación de Juan Andrés Castellanos, un niño prodigio del deporte de la bola y el pino. Derribando pinos y haciendo chuzas fue que conocimos a Juan, quien, a sus 14 años, ha disfrutado mucho su estadía en Medellín y en el Festival de Festivales, gozándolo al máximo debido a que, por su edad, esta será su primera y última participación viviendo el sueño.

Juan Andrés se ha sentido con un buen nivel, sin dejar de confesar que la competencia ha sido exigente y retadora, pero que, gracias al trabajo de sus entrenadores, como Jaime Eduardo González, ha podido ver los resultados de su constancia. El nacido en Pereira inició su historia de amor con los bolos hace casi 3 años, comenzando como un juego de diversión, pero la disciplina traspasó el rato de disfrute y se convirtió en una pasión para él.

Además de manifestar su amor por los bolos, Juan también aprovechó para contarnos que llevaba unos 8 años entrenando tenis de campo, pero que decidió dejarlo para enfocarse en los bolos. Además, ya el “deporte blanco” no le parecía interesante, puesto que había encontrado su verdadera pasión deportiva. Lo que más le gusta al risaraldense de jugar al boliche son, definitivamente, las personas que lo rodean en todo este mundo, sintiéndose muy feliz y acogido por sus entrenadores y compañeros desde el primer momento.

Si tuviera que destacar algo de su juego, sería su estilo, el cual le ha permitido llegar a varias competiciones y hacerse ver como una promesa del boliche colombiano. Pese a su adolescencia, Juan Andrés ya ha medido fuerzas con mayores en Juegos Nacionales, enfrentando las categorías Sub-14, Sub-16 y Sub-21, asumiendo retos. Dentro de sus aspiraciones está llegar a la Asociación Profesional de Boliche en Estados Unidos y estudiar una carrera universitaria relacionada con la economía, buscando seguir viviendo el sueño como en el Babybowling.