Por: Tatiana Gómez Quiceno
Fotografía por: Andrés Ángel
Un día, mientras estudiaba, Jorge Luis Negrete pensaba en dedicarse al béisbol… hoy su hijo traspasa la imaginación y llega al terreno de juego del diamante. Lleva con honor el mismo nombre de su padre y con orgullo dice que “cuando uno quiere llegar lejos llega”. Su fuerza y disciplina lo han convertido en un buen elemento para este deporte.
El pequeño Jorge Luis Negrete nació en Flores, corregimiento de Lorica, un 24 de diciembre y es para sus padres el mejor regalo de las fiestas navideñas. Ahora tiene 10 años, vive en Montería y empezó en la posición de cácher cuando su compañero quien desempeñaba dicha función faltó al entrenamiento. “El profesor después de verlo dijo que de ahora en adelante él sería el cácher”, dice su madre Yerledy Mora, una mujer carismática y quien se considera fan número uno de su hijo.
Minutos antes de entrar a competencia el pequeño deportista llama a su abuela materna Gualfa López, quien le dice la señal de la santa cruz como sinónimo de buena suerte. “Mi familia siempre está ahí conmigo, me apoyan y me animan a seguir”, dice Jorge.
La familia Negrete Mora es una apasionada por el deporte de la pelota caliente, la mayor demostración se evidencia en los esfuerzos, los cuales han sido validadores del amor entre ellos. “Su hermano mayor renunció al béisbol para apoyar a Jorgito, él lo entrena, siempre dispuesto para él”, asegura Yerledy.
Con la maleta llena de sueños, el beisbolista salió desde su lugar de residencia. Hoy acá desde el Diamante Luis Alberto Villegas asegura llevarse lo mejor del Festival de Baby Béisbol: experiencias, amigos y grandes aprendizajes.