El ciclismo es una de las actividades principales en la vida de Laura Cristina Pérez. Le dedica todos los días de la semana. Ya sea cuando va a los entrenamientos o cuando sale con sus amigas, siempre está montada en una bicicleta.
Por su timidez, Laura difícilmente habla con alguien extraño. William Pérez, su padre, dice que “a esta niña hay que arrancarle las palabras de la boca”. Sin embargo, cuando se trata de montar en bicicleta es a ella a quien hay que arrancarle la bicicleta.
Su padre, suboficial en la Cuarta Brigada de Medellín, cuenta que esta actividad se tornó más importante para ella desde hace dos años, cuando en el Batallón organizaron una prueba de ciclismo en ruta para aficionados en la que participaban los hijos de los soldados y que consistía en dar dos vueltas alrededor del Aeroparque Juan Pablo II.
William cuenta con satisfacción que Laura quedó en el primer lugar en la prueba. Además, recuerda que “en medio de la informalidad de la prueba yo tomé una bicicleta para intentar alcanzarla y no pude”. Mientras su padre lo cuenta, Laura con timidez responde que fue la mejor en esa prueba y que anda con su bicicleta para todos lados.
A partir de ese día su padre la apoya de manera incondicional. Por eso Laura Ingresó a la Escuela Correcaminos de Puerto Berrio, participó en la prueba del Clásico Nacional de Ciclismo Infantil El Mundo y ahora hace parte del II Festival de Babyciclismo EPM. Para William, apoyar a su hija es fundamental, tiene claro que “lo importante más que competir es que aprenda a divertirse”.