Para llegar a Pueblo Rico, Yacira González Sáigama y su mamá, Blanca Inés Sáigama, tienen que caminar durante una hora y media, desde la comunidad indígena Bernardino Panchí, de los Embera Chamí.
“Nacimos para aprender” dice Yacira, quien tiene diez años y es la primera vez que participa en el II Festival Babyciclismo EPM, sueña con convertirse en una gran ciclista y llegar al ámbito profesional.
Su hermana Mayerli, de 12 años, fue la primera en la familia que comenzó a entrenar ciclismo. En una ocasión, estaba en el hospital del pueblo por un ataque de asma y fue allí donde conoció al entrenador que la invitó a que comenzara a entrenar cada sábado. Es un deber para estas hermanas asistir todos los fines de semana al entrenamiento, aunque algunas veces llegan tarde a la comunidad y se cansan en el camino, las ganas de pedalear son más fuertes.
Su madre Blanca Inés, de la Guardia Indígena, no las desampara y siempre viaja con ellas cuando hay competencias. Dice que es importante darle remedios para que los huesos soporten los golpes, por eso mata un animal y les da en la comida los huesitos raspados.
Lo más admirable de Yacira es que nunca llora ni se queja, aunque se caiga y los golpes sean fuertes. Siempre termina lo que empieza, pues desde siempre ha sido educada para mostrar fortaleza.