Toda una vida dedicada al fútbol

19 enero, 2024

A sus 14 años de edad, y con 10 practicando este deporte, Niyibeth es un candado en el arco de su equipo.

Foto: Wilson Valencia

Por: Sara Gil Martínez

Los cuartos de final del Festival de Babyfútbol sala Mercados y Carnes OR empezaron grises para Niyibeth, que al ver la pelota en el arco pensó que todo había terminado. Los nervios le jugaban una mala pasada, pero sus ganas de triunfar fueron más fuertes y desde ahí se convirtió en la heroína de Atlas FC. Niyibeth no solo cuido el arco con esmero durante todo el partido, sino que con un tiro de pelota quieta le aseguró un puesto a su equipo en la semifinal.

De sus 14 años de vida, la caleña lleva 10 jugando fútbol, mejor dicho, toda su vida, y aunque siempre inicia en cada club como jugadora es imposible no dejarse llevar por el arco y terminar siendo la figura estrella en cada compromiso. Niyibeth Tavera vive con sus padres y es la menor de 3 hermanos. Comenzó jugando en el barrio bajo el sol ardiente de Cali y luego fue parte de grandes clubes como Generación 2000 y América Cantera. Generación 2000 fue su favorito porque entrenaba solo con hombres que siempre la hicieron sentir parte del equipo sin importar su género y siempre le reconocieron sus habilidades y capacidades como si fuera una más de ellos. 

Al final del partido, la barra de Atlas FC coreaba su nombre con euforia pues no solo cuido el arco con fiereza, sino que aportó en el cobro del quinto penal que les garantizó un cupo en la semifinal. Aunque admite que no quería cobrar y pensó que lo botaría, Niyibeth afirma que se va con una gran enseñanza de confiar más en ella misma y agradecer a toda su familia los esfuerzos que han realizado. Su propósito de ahora en adelante es ser más segura de sí misma, así como los demás confían plenamente en ella.

Esa confianza no solo incluye el fútbol pues esta caleña también vive enamorada de la música. En su tiempo libre le gusta escribir canciones y compartirlas con su familia. Sin embargo, por ahora solo quiere disfrutarlo y mantenerlo privado, pues quiere vivir el proceso.