Una mujer poderosa

21 enero, 2023

El deporte fue el detonante de la seguridad de Michelle.

Foto Carlos Miguel Tangarife

Por Melissa Gualdrón Cañizares

Para Michelle Lozano Osorio el judo fue un escape, un espacio en el que se encontró a sí misma y aprendió a sortear los momentos difíciles. Tiene 10 años y entrena desde hace dos, inició en la disciplina porque sufría de acoso en su colegio, se sentía rechazada por sus compañeras y no sabía cómo afrontar la situación: “ellas nunca tuvieron ese afecto conmigo de un abrazo, una sonrisa, de darme las gracias por ayudarlas”, cuenta.

La judoca dice que desde que empezó a entrenar pudo soltar esas situaciones que la cargaban, canalizar su tristeza y sentirse más fuerte: “yo me mantenía muy estresada, lloraba todo el tiempo y eso me ponía mal. Con el judo puedo quitarme eso de encima porque me divierto, aprendo cosas nuevas y puedo compartir con otras personas a las que quiero mucho”.

Dentro de la filosofía de las artes marciales está el aprender a defenderse para no tener que hacerlo, y Michelle sabe que sus conocimientos, aunque la hacen más fuerte, no la hacen superior. “Uno no por todo va a pelear, pero yo me siento más segura porque ya sé cómo puedo defenderme. El judo también me ha enseñado sobre respeto, autocontrol y empatía con las demás personas”, dice la deportista.

La fortaleza que el deporte le ha aportado a la vida de Michelle es un aspecto muy importante. Ella recuerda que en el pasado sentía mucho temor hacia las demás personas, pero que ahora se siente poderosa y fuerte, y espera que, así como ella, todos encuentren un espacio que los enseñe a crecer y a ser mejores cada día.