Fotografía: Andrés Ángel
Por: Luisa Fernanda Alzate Sánchez
A punta de torneos familiares con sus padres, en los que se ponían en juego mil pesos al ganador, los hermanos Otálvaro, Federico y Emmanuel, de 11 y 6 años respectivamente, dieron sus “primeros pinitos” en el Tenis de Mesa.
Federico, quien hasta hace dos años no sabía agarrar una raqueta, jugaba fútbol y ajedrez. Un día de colegio cualquiera, el entrenador de la delegación de Rionegro, a la cual hoy representa en el Festival de Tenis de Mesa, lo invito a entrenar y ahí se quedó.
Dice Federico que este deporte le gustó por ser un “tres en uno, porque ejercito las piernas como en el fútbol, pienso como en ajedrez y aparte de eso, lo más importante son las ganas del corazón”.
Para este Festival llega con un título que no esperó ganar desde que empezó a entrenar, el de Campeón Nacional de Dobles en Categoría Sub 11, que le ha enseñado mucho sobre las diferentes formas de juego de los diferentes lugares donde ha competido.
De su hermano Emanuel, a quien le llaman “el demonio” y que le acompaña en foto, comenta que “en unos añitos más, nadie le va a ganar” porque a sus 6 años, ya lleva dos Festivales, y aunque es “el más bajito en estatura, es el más grande soñador para llegar a ser el mejor”