Autor: Estefanía Zapata Mardini
Fotografía: Andrés Henao
Hace aproximadamente tres años Lina María Gil Giraldo, la pequeña gigante del Club Promesas de Antioquia, conoció el baloncesto, deporte que según sus palabras fue el que a primera vista la enamoró y la motivó a seguir el arduo pero satisfactorio camino de ser deportista.
“Al principio como que me motivaba, me gustaba aprender todo lo que tuviera que ver con el baloncesto y empecé a entrenar para llegar a ser la mejor jugadora”, comenta esta chica que, a la vez, es campeona nacional, suramericana y opcionada para ser medallista olímpica en atletismo, deporte que práctica desde muy pequeña y que le ha dejado varios triunfos a su corta edad de 13 años. Sin embargo, el baloncesto sigue siendo el amor de sus amores y por eso entrena cada día para ser la mejor en los seleccionados que sea convocada.
Lina mide aproximadamente 1.55 mts, lo que a lo lejos no la distingue como una jugadora que se destaque en el terreno de juego por su altura. No obstante, su agilidad, rapidez, inteligencia, pero sobre todo su buena actitud, desde el comienzo hasta el final de los encuentros, hacen de ella una de las mejores jugadoras de su equipo. La velocidad la convierten en una jugadora con un futuro brillante en el deporte de las cestas.
La pequeña deportista agradece al Club Promesas de Antioquia por ser su familia y su apoyo incondicional en el baloncesto y a la vez en el atletismo, deportes que siempre estarán presentes en su vida: “Promesas para mí es una gran familia, es un club que gracias a él he aprendido muchas cosas, he conocido grandes personas y también un gran equipo en el cual estoy jugando ahora”.
