Fotografía de: René Tobón
Por: Tatiana Gómez Quiceno
Educado, responsable y aferrado al ciclismo, así es “El Bolillo”. Desde pequeño es un apasionado por los deportes. Inició entrenando fútbol, allí fue donde recibió lo que hoy en día se ha convertido en su identificación: “era tan pequeño y tan gordito que decían que parecía un baloncito, entonces el entrenador le dijo que parecía como un Bolillo, como una bolita”, dice Carlos Alberto Marín, su papá.
Cuando apenas iniciaba en el fútbol, descubrió que lo que realmente le gustaba era el ciclismo. Desde ese momento Carlos Alberto y Andrea Zapata, sus padres, decidieron apoyarlo. Con 11 años de edad este pequeño ciclista sueña con ser como Nairo Quintana, “Yo quiero ganarme un Tour de Francia, un Giro de Italia o una Vuelta España”, manifiesta.
En todas partes es conocido con este seudónimo, razón por la que sus padres también tuvieron que acostumbrarse a llamarlo así: “siempre que preguntaba por él con el nombre nadie me decía nada, pero apenas decía Bolillo todos entendían”, asegura Andrea, su mamá.
Su entrenador Gustavo Quintero, lo define como un niño extrovertido que pasa del malgenio a la alegría: “es muy particular, desde el mal genio hasta la alegría de él es un chiste para todos, es muy entregado al ciclismo, lo vive mucho y es muy apasionado, llora cuando gana, cuando pierde, vive este deporte de corazón”, afirma.
Juan Pablo Marín Zapata, mejor conocido como “El Bolillo”, al entrar a la pista lo hace esbozando una sonrisa y aunque esta vez sufrió un accidente antes de llegar a la meta, le apuesta a que su próxima carrera pueda llegar de primero, así como logró hacerlo en el año 2012 en la competencia realizada por Clásico Infantil de El Mundo.