El amor al ciclismo es un sentimiento que acompaña desde sus primeros años a Sara Botero Álvarez de la delegación de Carmen De Viboral. Cuenta que un 30 de abril, cuando cumplió 7 años, recibió una bicicleta rosada con blanco.
Con una sonrisa en la cara, Sara dice con orgullo que en esa primera bicicleta que tuvo “aprendí a montar sola y cada vez que me caía me paraba con más ganas de aprender” cuenta que aunque la bicicleta era muy bonita le quito una canasta, el pito y un espejo.
“Le quite sobretodo el pito porque hacía mucho ruido cuando montada”. Destaca que con esa bicicleta empezó su afición al ciclismo y que estuvo con ella hasta hace dos años, cuando la cambió por una profesional con la que compite. Sin embargo, el recuerdo de esa primera bicicleta permanece en esta nueva.
El deporte es para ella la mejor manera de hacer amigos. Por ello, durante este II Festival de Babyciclismo EPM espera conocer niños de todas las delegaciones para poderles contar que ese manubrio y las delgadas líneas de color rosa que lleva en las llantas, le recuerdan a esa primera bicicleta en la que descubrió su amor al ciclismo.