Por Mónica Ospina Gómez
Luego de haber recibido en su portería más de tres goles en el primer tiempo, María Fernanda Lizarazo pensó por un momento en decirle al entrenador durante el medio tiempo que ya no quería jugar más, pero recordó que es la única portera del representativo JAC Panorámica de Pasto y se armó de valor para continuar hasta el final, pues sus compañeras cuentan con ella.
Eligió ser portera luego de pasar por varios deportes y meditar sobre sus cualidades. Al comienzo intentó en baloncesto pero por su talla baja no recibía pases de sus compañeras y pronto se aburrió, luego trató con voleibol pero notó que no tenía la suficiente fuerza en los brazos para destacarse allí, y por eso terminó custodiando la portería, en el lugar que ella cree es el más importante.
Durante los 60 minutos del juego, sin importante que el marcado aumentara conforme pasaban los minutos en su contra, María Fernanda continuó tapando, esforzándose y tirándose al suelo cuantas veces fuera necesario, pues insiste en que sus compañeras cuentan con ella.
Es la única deportista activa de la familia, pues su madre Ana María Rodríguez es pintora, su hermano también jugaba pero ahora está retirado, su hermana se dedica al canto, y su padre es militar.
Aunque María Fernanda nació en Bogotá por la carrera de su padre Alexander Lizarazo ha tenido que mudarse con frecuencia a varios lugares como Tolemaida, Nilo, Cartago e Ipiales donde reside actualmente, pero extraña Cartago porque allí podía salir con más tranquilidad y en compañía de sus amigos.