El engranaje con la pelota naranja

19 enero, 2018


Autor: Jessica Cano
Fotógrafo: Andrés Henao

Generalmente en los equipos de baloncesto los jugadores tienen unas posiciones definidas en el momento del partido: armador, alero, pívot, entre otros. Sin embargo, hay algunos que entrenan a sus jugadores para que compitan en todas las posiciones y en el momento de juego se roten, es el caso del equipo femenino Esgamba de Bogotá que participa por tercer a vez en el Festival de Baloncesto.

Son las semifinales y el equipo está en cancha. Se oyen muchos sonidos al mismo tiempo, el rechinar de los tenis en el piso de madera, el balón rebotando, el esférico cuando choca con la cesta, los pitos de los árbitros que no se hacen esperar, y en otro nivel, la barra del equipo que canta emocionada y puro pulmón dice: “A subir Esgamba a subir”.

Mientras 12 jugadoras dan lo mejor en el partido, el entrenador las dirige enérgico, con fuerza, con ganas y ellas con la mente en juego y el oído atento, siguen las indicaciones.  La mayoría llevan 6 años entrenando baloncesto, y en el proceso como equipo han sido ganadoras de diversos campeonatos en la capital.

William Quesada, el entrenador, resalta que en Esgamba “son muy unidas, muy solidarias, y existe mucho respeto, en el equipo no se juega para una sola jugadora”. Por otro lado, para Sofía Marroquín, una de las niñas más destacadas, lo mejor de jugar con las demás es que de verdad se compite en equipo, y además cuentan con una muy buena defensa. Es la primera vez que participa y dice que el Festival le ha gustado: “Es chévere, tiene muy buena organización, hacen los partidos a tiempo, dan espacio para descansar y los escenarios tienen muy buenas condiciones.”

En esta semifinal, Esgamba es ganador y sale del escenario a celebrar, las niñas sonríen y los papás que vinieron a acompañarlas celebran el triunfo.