Por: Manuela Gallego Berrío
Julián Carmona Múnera, con gotas de sudor en la frente, termina la contienda de Baby Tenis de Mesa en la modalidad por equipos, en la categoría sub 11, aunque su edad es de 7 años. En las tribunas del Coliseo Menor Rodrigo Pérez Castro, lo esperan su abuelo Reinaldo, su mamá Andrea y la lonchera con variedad de mecatos.
Su vida cotidiana transcurre entre las clases en su colegio, el entrenamiento de tenis de mesa, el fútbol que es otra de sus pasiones, jugar play y ver vídeos de YouTube para informarse y lograr satisfacer alguna que otra curiosidad. Fue así como le picó ese bichito por el deporte que practica ahora, así nos lo cuenta: “en YouTube encontré ese deporte, entonces decidimos armar una mesa, ponerle la malla conseguimos la raqueta y los pin pong”.
El gusto por este deporte comenzó como una afición en casa, para luego convertirse en una necesidad de practicarlo desde hace tres meses durante tres días a la semana (lunes, miércoles y viernes). Allí, en el club de Ditaires en Itagüí, Julián suda el tenis de mesa entre ágiles movimientos y raquetazos, quiere salir adelante con este deporte de destreza, inteligencia y concentración.
Sin embargo, él se visualiza siendo futbolista profesional, en la posición de delantero, haciendo goles para el Deportivo Independiente Medellín, equipo de sus amores, pero sin dejar a un lado la pasión por el tenis de mesa.