Por: Luisa Fernanda Alzate Sánchez
Fotografía por: Andrés Ángel
“Respira profundo, que lo hiciste muy bien, mi campeón”… Así es como recibe Lorena Preciado a su hijo Julián Ramírez, al llegar a la zona de medición al término de la prueba contrarreloj individual del Festival Babyciclismo 2019, que acababa de recorrer alrededor del anillo interno de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, en representación de la delegación Imer Rionegro.
Sin saber del tiempo registrado en la competencia, Julián asegura que le fue “muy bien”, o por lo menos así se sintió porque tenía en su bicicleta “el mejor de los caballitos de acero” que le trajo el Niño Jesús y que conservó “pa’ estrenar cicla en el Festival de Festivales”.
Expectante, Lorena vuelve a él y le dice que fue una muy buena presentación, y que esta es la primera de muchas experiencias que van a llegar si “hace de su entrenamiento una medicina y del ciclismo, su pasión”.
Julián por su parte, comenta que, aunque a veces interrumpe sus entrenamientos porque tiene que tomar pastillas para no “quedarse tieso” como síntoma de algo que aún no entiende, está dispuesto a esforzarse para también bajar “un poquito de peso”, que ha ganado como producto de su tratamiento médico y así llegar a “ser más fuerte y más veloz”.