Por: Tatiana Gómez Quiceno
Como el mejor de los deportes, así cataloga el entrenador Jaime Agudelo Trujillo al patinaje. Desde sus 14 años rueda sobre ruedas por diferentes escenarios, y siempre ha tenido la convicción de que esta actividad es fiel representante de sacrificio, disciplina, entrega y amor.
Cuando poco se mencionaba del patinaje Jaime ya tenía claro que su futuro estaría en el patinódromo: “Yo empecé a patinar desde el año 1970, en ese entonces no existían entrenadores que nos enseñaran técnicas”, dice Jaime, quién además agrega que siempre desde que tenga la oportunidad estará para transmitir su conocimiento a quienes se forman en este deporte.
Desde hace tres años decidió mudarse al municipio de Yolombó, lugar donde vivió su abuelo. Al llegar allí empezó a reunir aquellos interesados en ingresar al mundo del patinaje. “Yo dejé de patinar por 31 años, vi en este municipio que aunque eran muchos los interesados en este deporte, no había quien los entrenara, así que era el momento de brindar mi ayuda”, cuenta Jaime, quién lo primero que hizo fue correr a comprar unos patines.
“Un hombre calidoso, exigente, que siempre está acompañando a sus alumnos”, así lo define Rosana Gómez, familiar de una de sus alumnas. Por otro lado, para Melani Mejía Arroyave, una de sus alumnas, es un entrenador muy responsable, gran persona y quien se ha dedicado a enseñarle, aparte de todas las técnicas, el amor por el patinaje.