Entre los pendientes urgentes que tiene Kevin Parra cuando regrese a su casa en La Pintada, luego de haber participado con el Barrio Buenos Aires de Andes en el Festival Ponyfútbol Masculino, está abrazar a sus padres, desempacar la maleta y pedir el primer turno disponible en la peluquería para recuperar su cabello castaño oscuro.
Llegó como refuerzo al equipo de los “monos” de Andes, luego de que su equipo, La Pintada, se despidiera de la eliminatoria del Suroeste en cuartos de final. Por tradición, antes de recibir la indumentaria en la entrega de uniformes del Festival visitó la peluquería y adoptó el color de cabello que identifica desde hace muchos años a su delegación adoptiva.
En el equipo se sintió bien desde el principio, porque son muy buenos compañeros y disciplinados. Allí encontró un gran amigo, Simón, con quien compartió durante el Festival muchos momentos importantes que les contará a sus padres al regreso de la aventura.
Finalizado el encuentro de Andes frente a Copacabana, Kevin regresaba al camerino y no puedo evitar sonreír y caminar hasta el enmallado de la Marte Uno para recibir las felicitaciones de quienes vieron el compromiso y lo exaltaban por su entrega en el campo, a la vez que le decían “mono usted es un verraquito”.