Por: Estefanía Zapata Mardini
Para Lina el baloncesto lo es todo en la vida, la razón por la que quiere vivir, pero todo esto no sería posible sin el apoyo de su padre Hugo, quien ha sido su mentor desde pequeña. Además, él es entrenador de un club de baloncesto de Cundinamarca.
“Él siempre me fue formando y siempre me decía que entrenará muy fuerte porque así puedo llegar muy lejos; siempre me apoya y siempre está conmigo”. Esto es lo que motiva a esta pequeña de 13 años para seguir entrenado disciplinadamente; el baloncesto lo lleva en la sangre y su alegría más grande es poder hacerlo al lado de su padre.
Aunque en su primera participación en el Ponybaloncesto, Lina, a su corta edad ha representado a Cundinamarca en diferentes competencias a nivel nacional y se ha destacado por su notable talento, esto gracias a su disciplina. Todos los días después de ir al colegio se reúne con sus amigos a jugar baloncesto y lanzar para perfeccionar su técnica.
La jugadora que porta el número 5 en su camiseta espera destacarse tanto individual como colectivamente, al igual que mostrar sus habilidades con la pelota naranja y empezar a conseguir oportunidades de becas para su futuro. Ella sueña con llegar a las grandes ligas en países como Argentina y Estados Unidos.
