Foto: Emmanuel Rivera
Por: Emmanuel Rivera
La familia Ríos vive un momento inolvidable en el Babybaloncesto, con Samuel, de 13 años, y Mateo, de 11 años, brillando en cada juego. La conexión entre ambos hermanos se refleja en la cancha del coliseo Iván de Bedout, con Mateo complementando los movimientos de Samuel mediante asistencias precisas que culminan en espectaculares triples.
La pasión por la pelota naranja corre por sus venas. Su madre, en su juventud, defendió los mismos colores que ahora portan sus hijos, los del municipio de Itagüí; mientras que su padre, Evelio, formó parte de equipos destacados en las Copas Profesionales o de élite de su época. Esta herencia deportiva es un legado, una tradición que los hermanos buscan mantener y resaltar en esta edición 14 del Festival de Festivales.
Desde pequeños, los hermanos Ríos crecieron en un entorno donde la actividad física era parte esencial de su vida. Fue el baloncesto el deporte que conquistó sus corazones, convirtiéndose en el vínculo perfecto entre su pasión y la tradición familiar.
Mateo, el menor del Festival, destaca por su habilidad con el balón y su capacidad para aprender rápidamente, mientras disfruta de la experiencia de compartir cancha con su hermano mayor. Por su parte, Samuel, con su precisión en los tiros y liderazgo en la cancha, ha guiado al equipo a sobresalir nuevamente como uno de los mejores del país en su categoría.
Para este par de hermanos el Babybaloncesto no solo es una competencia, sino una oportunidad de rendir homenaje a su legado familiar, fortalecer su vínculo como hermanos y escribir su propia historia en el deporte que tanto aman.