Los puntos mágicos de Mateo

Foto Luis Benavides

Por Melissa Gualdrón Cañizares

Mateo Lagos Rosas llegó por primera vez al Festival de Festivales soñando con la medalla de oro. Dice que para él, esta es una experiencia inolvidable porque el deporte le permitió salir de casa y conocer otra ciudad, otras canchas y a otros jugadores. Tiene 10 años y entrena desde los seis en Zipaquirá, siente que encontró en el tenis un espacio para divertirse mientras se reta a ser mejor cada día.

“El tenis es un deporte muy sano y limpio, es un juego mental que nos exige ser muy fuertes para creer que podemos hacer posible lo imposible”, dijo el tenista al terminar su partido de cuartos de final, un juego que inició perdiendo, pero logró remontar dejando en la cancha todo lo que tiene.

Durante el partido se decía a sí mismo: “vamos, todavía hay oportunidades, no te rindas, tú puedes”, una auto porra que lo llevó a sacar su mejor versión hasta darle la vuelta al marcador. El tenista recuerda que su profesor lo motiva siempre a creer que es un gran jugador y que puede con todo: “él nos dice que no podemos rendirnos y tiene mucha razón en eso. Si uno no se ánima se queda pasmado y no sabe qué hacer, pero si se cree en uno mismo puede luchar hasta lograrlo”.

Mateo celebraba cada punto con mucha intensidad, sus gritos no faltaban en la cancha y se sentían cada vez más llenos de felicidad. “Cada punto es muy especial, como si fuera el primer punto de mi vida, si uno se esfuerza debe reconocerse a sí mismo y alegrarse por sus logros”, dice el tenista.