Fotografía: Donaldo Zuluaga
Por: Juan Esteban Monsalve
Desde el municipio de Copacabana, Luisa María Muñoz Arango llegó a la pista Antonio Roldán Betancur superando saltos y peraltes. Por fuera de la competencia, su contagiosa sonrisa inspira felicidad, pero dentro del trazado de bicicrós, demuestra valentía y coraje a la hora de hacer lo que le apasiona: llevar la adrenalina al límite.
Para ella no existe el miedo y, según sus propias palabras, no le teme a nada. Hace dos años conoció el mundo del BMX y gracias al acompañamiento constante de sus padres y del equipo Qhawana BMX, esta corredora no ha parado de pedalear hacia el éxito. Pero su amor por los deportes extremos no solamente se reduce al bicicrós.
Desde muy corta edad, esta oriunda de la “fundadora de pueblos” aprendió a maniobrar las motos de sus familiares, generando un lazo especial que la acompañará por el resto de su vida. “Cuando sea grande, quiero ser la mejor en el BMX, pero también quiero ser motociclista, me gusta mucho porque puedo hacer todo lo que me gusta, correr”, afirma la valerosa pedalista.
Su cuatrimoto la lleva a todas partes y cuando acelera muy pocos le siguen el paso. La competencia le corre por las venas ya que, con tan solo diez años, Luisa ha practicado la natación, el taekwondo y el fútbol, pero en el deporte de la bicicleta encontró ese amor especial que hoy la posiciona como una de las mejores corredoras del Baby BMX 2022.