Fotografía de: René Tobón
Por: Alejandro Rave Franco
Desde la ciudad amurallada de Cartagena vino el equipo “Javier Romero” y en sus filas también arribó Michael David Puerta, un niño de tan solo 10 años de edad que participa por primera vez en el Festival de Béisbol, experiencia muy grata para él por la ardua competencia que tuvieron, los hits que conectó, las pelotas que lanzó y por conocer una ciudad diferente a donde vive.
Michael fue visto por su entrenador Javier Romero, hijo del dueño del equipo para el que juega el niño, y que pudo observar en él la dedicación y actitud necesarias para jugar béisbol. Por eso lo invitó para que saliera de las escuelas populares del IDER en Cartagena e ingresara en el club con una beca del cien por ciento, siendo el único niño en tener ese privilegio. “Me gustaría formar a Michael como un profesional en el deporte, pero lo primordial es que sea una buena persona y con estudios”, comenta su entrenador que en el Festival ha sido como un padre para Michael.
Pero no solo el béisbol acapara el tiempo libre de Michael, pues las danzas se han convertido en un ‘hobby’ muy especial para él: “Yo me concentro mucho cuando bailo, pero me gusta más poder disfrutarlo y divertirme haciéndolo”, afirma Michael, quien ingresó al grupo de danza de su colegio donde cursa quinto grado de primaria. Aunque ve el baile como un buen pasatiempo, nada lo distrae de su pasión entre los bates y guantes.
Javier Romero destaca mucho de Michael el empeño que le pone a su deporte, pues su casa queda a media hora caminando del punto de entreno, razón que no le impide para asistir a cada entrenamiento tres veces por semana. El niño es zurdo, algo que para Javier es poco visto en el béisbol y de lo que quiere sacar el mayor provecho posible, convertirlo en un gran bateador y pitcher, misma línea de Michael que sueña con “ser un excelente beisbolista y jugar las Grandes Ligas con Kansas City y dar a mis papás todo lo que ellos necesiten”.